Temor a la contaminación, la suciedad, asco por determinadas cosas o necesidad de evitar o lavar compulsivamente el cuerpo, manos, objetos.

Otras veces, puedes pasar tiempo y tiempo comprobando partes de tu casa, fuego, grifos, puertas o tareas que realizas para comprobar que estén bien y no haya errores.

Esto consume mucho tiempo y genera, a la vez, dificultades para parar de comprobar, en un contexto de elevada ansiedad.

A veces puedes experimentar impulsos no deseados, como hacerte daño o a las personas que quieres, a la vez que temes perder el control y realizar conductas que puedan provocar lesiones o daño.

En otras ocasiones, pueden aparecer pensamientos mágicos o supersticiosos que te obligan a realizar conductas rituales para prevenir desgracias, enfermedades o daño a seres queridos o a uno mismo.

De estas, y otras muchas formas, se manifiesta el Trastorno obsesivo-compulsivo, lo que genera la necesidad de acudir a terapia TOC para tratarlo.